viernes, 4 de junio de 2010

Mercado inmobiliario y automotor “deprimidos”

La inflación, la poca oferta y los altos costos que se viven en Venezuela no han dejado de afectar, como en otros rubros, al sector habitacional y al automotor, causando que los ciudadanos vean disminuidas sus posibilidades de invertir en la compra de algún bien de esta naturaleza.

Según cifras manejadas extraoficialmente, el déficit actual de viviendas en Venezuela oscila alrededor de los 2 millones 600 mil unidades habitacionales. Dando esto cuenta de más de 2 millones de familias que no tienen un hogar propio, obligados a vivir en condiciones paupérrimas, en la marginalidad o pagando altísimos alquileres.

En el caso del sector automotor, el mercado venezolano, que hasta hace poco más de dos años era uno de los más dinámicos en América Latina con ventas récord de casi medio millón de unidades apenas en el 2007, sigue en caída mes a mes.

Según información de la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez), en abril de 2010 cerró con ventas de 10.707 unidades, totalizando 38.491 unidades en lo que va del año frente a las 60.486 vendidas en el primer cuatrimestre de 2009, lo que representa una significativa caída interanual del 36,36%.

En cuanto a la producción nacional, también sigue en caída. En el lapso enero-abril de este año la industria venezolana reportó ventas por 35.758 unidades ensambladas en el país, un 16,5% menos que las 42.835 que fueron vendidas en el primer tercio del año pasado. En el mismo período la caída en las ventas de vehículos importados fue de un 84,5%, pasando de 17.651 en el 2009 a sólo 2.733 en lo que va de este año.

La producción y venta de vehículos en el país se ha visto disminuida a consecuencia de las restricciones cambiarias que hacen complejo la importación de repuestos y vehículos ya ensamblados, así como también por el cierre de distintas fábricas que han decidido no trabajar más en el país.

Por la polémica posición de la administración Chávez, de intervenir el mercado automotor y cerrar las fronteras a la importación de vehículos, salvo aquellos autorizados por licencias gubernamentales, la situación de las importadoras de vehículos y sus redes nacionales de concesionarios es muy crítica, según lo publica Cavenez en su sitio web.

Asimismo la Cámara expresa que ante los bajos niveles de ventas de las ensambladoras, es inviable la supervivencia de las redes de concesionarios y se pone en riesgo el servicio técnico y el abastecimiento de repuestos para el numeroso parque de vehículos importados que circula por el territorio venezolano, además de peligrar miles de puestos de trabajo.

Fuente: Reporte360

jueves, 3 de junio de 2010

Venezolanos hacen labor de inteligencia para abastecerse

Luis Alberto García cuenta que los miembros de su familia se reparten entre ellos lo poco de azúcar, café o harina que consiguen en el mercado, en una solidaridad que suele ampliarse para localizar las escasas medicinas o repuestos para autos.

Las faltas intermitentes de productos en el país petrolero se iniciaron unos tres años atrás, lo que llevó a los consumidores a organizar largas recorridos en busca de algunos artículos, a pasarse entre sí datos de abastecimiento o a modificar sus hábitos de consumo según la disponibilidad.

El presidente Hugo Chávez culpa de la escasez a un ánimo de lucro de empresarios que esconderían productos para inflar los precios, pero los privados claman que la regulación de precios elimina su ganancia o los obliga a vender a pérdida.

Los controles económicos son crecientes -sobre el tipo de cambio, precios y producción- y hasta ahora no han logrado mejorar el abastecimiento. Empresarios dicen que no amplían su capacidad industrial por temor a ser expropiados como se ha hecho con miles de hectáreas de tierras y decenas de empresas y comercios.

Vehículos desechables


Otro rubro escaso es el automotriz. Para comprar un vehículo hay que anotarse en una lista y esperar varios meses hasta que exista disponibilidad, en medio de la restricción de divisas para la importación y conflictos sindicales que detienen intermitentemente a las ensambladoras locales.

Y si se dañan, los repuestos escasean y disparan quejas de conductores con vehículos "parados" por falta de repuestos.

"Aquí no hay marca de vehículos que no tenga fallas" en el abastecimiento de repuestos, dijo a Reuters Frisné Piñate, presidenta de la Cámara Nacional de Comercio de Autopartes. "Pero eso no viene de ahorita, tiene más de dos años", agregó.

Piñate explicó que sólo el 25 por ciento de los repuestos se fabrica en el país, pero mientras el parque automotor envejece, la entrega de divisas a la Cámara ha descendido sustancialmente.

"Esto es una gincana (hay que hacer malabares)", dijo Piñate contando dificultades para vender repuestos: la lenta obtención de un certificado de producción insuficiente o no producción nacional, la falta de venta de divisas reguladas al sector por varios meses en el 2009 y ahora el cierre del mercado de cambio "paralelo" por dos semanas.

Venezolanos hacen labor de inteligencia para abastecerse

Luis Alberto García cuenta que los miembros de su familia se reparten entre ellos lo poco de azúcar, café o harina que consiguen en el mercado, en una solidaridad que suele ampliarse para localizar las escasas medicinas o repuestos para autos.

Las faltas intermitentes de productos en el país petrolero se iniciaron unos tres años atrás, lo que llevó a los consumidores a organizar largas recorridos en busca de algunos artículos, a pasarse entre sí datos de abastecimiento o a modificar sus hábitos de consumo según la disponibilidad.

El presidente Hugo Chávez culpa de la escasez a un ánimo de lucro de empresarios que esconderían productos para inflar los precios, pero los privados claman que la regulación de precios elimina su ganancia o los obliga a vender a pérdida.

Los controles económicos son crecientes -sobre el tipo de cambio, precios y producción- y hasta ahora no han logrado mejorar el abastecimiento. Empresarios dicen que no amplían su capacidad industrial por temor a ser expropiados como se ha hecho con miles de hectáreas de tierras y decenas de empresas y comercios.

Vehículos desechables


Otro rubro escaso es el automotriz. Para comprar un vehículo hay que anotarse en una lista y esperar varios meses hasta que exista disponibilidad, en medio de la restricción de divisas para la importación y conflictos sindicales que detienen intermitentemente a las ensambladoras locales.

Y si se dañan, los repuestos escasean y disparan quejas de conductores con vehículos "parados" por falta de repuestos.

"Aquí no hay marca de vehículos que no tenga fallas" en el abastecimiento de repuestos, dijo a Reuters Frisné Piñate, presidenta de la Cámara Nacional de Comercio de Autopartes. "Pero eso no viene de ahorita, tiene más de dos años", agregó.

Piñate explicó que sólo el 25 por ciento de los repuestos se fabrica en el país, pero mientras el parque automotor envejece, la entrega de divisas a la Cámara ha descendido sustancialmente.

"Esto es una gincana (hay que hacer malabares)", dijo Piñate contando dificultades para vender repuestos: la lenta obtención de un certificado de producción insuficiente o no producción nacional, la falta de venta de divisas reguladas al sector por varios meses en el 2009 y ahora el cierre del mercado de cambio "paralelo" por dos semanas.

miércoles, 2 de junio de 2010

URUGUAY: Buen negocio para un país de autos viejos

Un paragolpe o un faro roto por una marcha atrás mal calculada, la batería cumplió su ciclo, el famoso burro ya no quiere arrancar, la homocinética se partió, los bujes tienen juego, las pastillas están gastadas, el caño de escape se cayó, las juntas están sopladas y las bujías empastadas. Entre un largo etcétera muchas veces incomprensible, los mencionados desperfectos obligan a los automovilistas uruguayos a comprar repuestos para seguir en marcha dando vida a un negocio que factura al año unos US$ 230 millones.

Es que abastecer al envejecido parque automotor uruguayo, cuyos vehículos superan los 15 años en promedio, demanda miles de repuestos que permiten mantener circulando en calles y carreteras a los aproximadamente 630.000 automóviles y utilitarios que hay en el país.

Según cifras de la consultora Autodata procesadas por El Empresario, unos 519.000 vehículos tienen más de seis años de uso, antigüedad a partir de la cual en promedio los autos comienzan a demandar más repuestos como consecuencia del desgaste acumulado por los kilómetros recorridos. Anualmente, un vehículo particular con esos años obliga a su dueño a gastar unos $ 8.500 en el cambio de repuestos, según expertos del sector consultados por El Empresario.

Fuente: El País
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