lunes, 30 de noviembre de 2009

Argentina: Cómo funciona el oscuro negocio de los desarmaderos ilegales de autos

La lluvia pega fuerte sobre el asfalto de la ruta 33, y la fila ya suma diez vehículos que, separados por una distancia de pocos metros, avanzan a poco menos de 60 kilómetros por hora a la altura de la ciudad de Tornquist, al sur de la provincia de Buenos Aires.


En una maniobra inesperada, el camión que lidera el convoy clava los frenos y desencadena lo previsible: una seguidilla de volantazos, roces y choques entre el resto de los rodados que transitan bajo el agua.

Algunos bajan a la banquina y eluden cualquier colisión. Otros, como el conductor de un Peugeot 206 blanco modelo 2008, no pueden evitar el impacto directo y la marcha culmina contra el paragolpes de un Renault Clío negro. El saldo: positivo desde lo humano, porque no hay heridos ni muertos que lamentar. Pero negativo desde el aspecto material, porque el 206 termina con su paragolpes, parrilla, capot y faros completamente destruidos.

A las pocas horas, un solitario teléfono celular suena sobre la mesa de una casa ubicada en un pueblo del partido de Guaminí, 500 kilómetros al sudoeste de Capital Federal. Alguien atiende y anota el pedido: “Un paragolpes, parrilla, capot y faros de Peugeot 206. ¿Modelo 2008, dijo? ¿De qué color lo quiere? En dos días se lo tengo”.

Del otro lado de la línea, el cliente no sale de su asombro: “¿Apenas en dos días? En la agencia tenía que esperar más de 15... ¿Así que me puede hacer una factura ‘A’? Perfecto. ¿Y cuánto me saldría todo?”. La voz ubicada en Garré pronuncia un número redondo. “5.000 pesos”. “Bárbaro, el próximo fin de semana se lo llevo así le cambian lo que está roto. En la agencia todo el paquete de piezas me salía 10.000 pesos”, comenta el cliente.

Podría tratarse de un artilugio literario, pero esta situación no tiene nada de ficción. Habría ocurrido hace menos de un mes, y no hace más que actualizar las características de uno de los negocios con mayor difusión en la provincia de Buenos Aires.

Sólo en territorio bonaerense, la venta ilegal de repuestos mueve más de $327 millones por año, y la actividad sigue creciendo de la mano del robo de autos, que sólo en los partidos aledaños a la Ciudad de Buenos Aires creció 12,3% en menos de un año.

Fuente: http://www.tiempopyme.com/despachos.asp?cod_des=73212&ID_Seccion=17

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